La antigua azulejera Zirconio cierra su producción y prepara ERE de extinción

La antigua Zirconio, empresa cerámica de referencia, ha apagado sus hornos tras más de medio siglo de actividad desde su implantación en Vila-real. Se prevé el desmantelamiento de sus plantas de producción de azulejos para dedicarse únicamente a la comercialización.

La medida supondrá el despido masivo, a través de un ERE de extinción, de alrededor de 120 empleados de una plantilla total de 160 trabajadores. Los representantes sindicales temen que se llegue a los 130 despidos, aunque de momento se está a la espera de unas negociaciones que siguen abiertas.

Zirconio ha atravesado los últimos años una situación económica muy complicada, en los que se aprobaron sucesivos expedientes de regulación de empleo con la consiguiente reducción de su plantilla.

El concurso de Zirconio S.A. fue presentado por la empresa en 2010 y tres años después, se abrió el plazo para la venta de la unidad productiva. Fue entonces cuando el grupo empresarial Niro Cerámica, de Malasia, formalizó la compraventa de la firma española con sede en Vila-real por 9 millones de euros.

Absorbió también a los cerca de 120 trabajadores con los que contaba entonces la empresa, que ha seguido en activo bajo la nueva gestión, dando un importante respiro a las familias de los trabajadores de la fábrica, hasta ahora.

En junio de 2017 el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón acordaba la conclusión del concurso de acreedores de la empresa azulejera, declarado en 2010, así como la consiguiente extinción de la sociedad de origen, al ser transmitida la unidad productiva en el marco del procedimiento concursal al grupo malayo Ciro Cerámica, lográndose así la continuidad de la actividad con la nueva dirección.

Sin embargo, a partir de ahora, la antigua Zirconio basará su actividad únicamente en la comercialización de productos fabricados por terceros, debido a la falta de competitividad en un momento de gran concentración de la producción en grandes grupos, la apuesta por las fábricas eficientes frente a una maquinaria ya obsoleta o la importante batalla de precios en el sector.

Mientras tanto, el proceso negociador entre empresa y trabajadores deberá determinar ahora las condiciones en las que quedan estos empleados, de los que al menos 22 corresponden a trabajadores de más de 55 años.

 

Fuente: El Periódico Mediterráneo