El cese de actividad de Transportes Martínez Souto dejaba tras de sí a más de 15 millones de euros en deudas con empresarios y autónomos del sector, que sumados a los trabajadores propios suponen una cifra de 1.500 afectados.
La compañía ha presentado la solicitud en el Juzgado para ser declarada en concurso voluntario de acreeores, un mes después del cese de actividad y tras haber estado en preconcurso de acreedores durante tres semanas.
Gefco, que tenía subcontratados los servicios de Transportes Souto para la logística de PSA, ha asumido la deuda con las empresas subcontratadas a su vez por Transportes Souto, pero solo las relacionadas con la actividad de la automoción. Habría aceptado asumir así la parte más importante de la deuda, se estima que al menos un 35% de la misma en función de cada caso.
Gefco habría tenido en consideración la «ley de la acción directa» por la que se obliga a responder de estas deudas aunque ya hubiese pagado a Transportes Martínez Souto el servicio realizado incluso por adelantado. Esta norma del año 2013 establece que «en los supuestos de intermediación en la contratación de transportes terrestres, el transportista que efectivamente haya realizado el transporte tendrá acción directa por la parte impagada, contra el cargador principal y todos los que, en su caso, le hayan precedido en la cadena de subcontratación, en caso de impago del precio del transporte por quien lo hubiese contratado«.
Mientras tanto, los autónomos dedicados a la paquetería atraviesan una situación más complicada, afectados por la repentina paralización de la actividad de Transportes Souto, por lo que en muchos casos se informan sobre las posibilidades que la Ley de Segunda Oportunidad les ofrece para hacer frente a las deudas que antes los impagos de la transportista no pudieran atender.
Según fuentes del sector del transporte, los problemas para Transportes Souto comenzaron con la jubilación hace tres años de Dulsé Díaz, histórico director de Gefco en España. En su relevo llegó un nuevo directivo que cambió la forma de trabajar de la multinacional francesa en España y comenzó a ajustarle los precios a los socios comerciales que hasta la fecha no habían tenido que competir con otras firmas. Estas mismas fuentes señalan que el cese de Transportes Souto se produce en circunstancias similares al de Ochoa en 2012 o a la de Buytrago en 2014, ambas ya liquidadas.
Los últimos datos disponibles son del año 2016 sobre el estado financiero de Transportes Souto, reflejan una situación muy deteriorada.
El patrimonio neto de la empresa cayó de los 11 millones en 2012 a los 3,7 en 2016 mientras el activo cayó de 93,5 millones en 2013 a 74 millones en 2016.
La ratio de liquidez de Souto en 2016 fue de 0,97, por debajo de lo recomendable; y su ratio de solvencia para ese año fue de 1, cuando los recomendado por especialistas es superar el 1,5