Fidelis Factu, la sociedad cooperativa conocida comercialmente como Factoo, fue declarada en concurso de acreedores el pasado 25 de junio por un juzgado de Valencia.
La entidad, que cuenta con casi veinte mil socios inscritos a los que sirve como plataforma de facturación por trabajos de ‘freelance’ a terceros, acumula una deuda cercana a 40.000 euros con la Seguridad Social por impago de cuotas y de millón de euros con Hacienda por demoras en la liquidación del Impuesto sobre el Valor Añadido.
El fundador de Factoo, Chema Escrivá, ha señalado que el concurso es voluntario ha sido instado por la propia compañía tras la negativa de la Agencia Tributaria a aceptar un aplazamiento de los pagos para los que había ofrecido como garantía ingresos pendientes de recibir por trabajos con administraciones públicas y un solar aportado por una tercera sociedad mercantil.
El concurso se tramita en el Juzgado Mercantil número 2 de Valencia, que tras la desiganción del órgano de la administración concursal ha abierto el plazo para que los acreedores de la cooperativa comuniquen sus créditos para proceder a su clasificación, en el plazo de un mes.
La compañía sostiene que el concurso voluntario forma parte de su estrategia para responder al «acoso» que, a su juicio, está recibiendo por parte de la Administración Pública.
El impulsor de esta cooperativa asegura que el grueso de la deuda está concentrada con Hacienda, que los trabajadores están al corriente en sus nóminas y sus cuotas sociales (a excepción del último mes) y que los impagos vienen provocados por la pérdida de facturación derivada de la Inspección de Trabajo, que instó el año pasado a la descalificación de la cooperativa por considerar que sus empleados son en realidad falsos asalariados.
Trabajo puso en marcha una batida de expedientes para obligar a ‘freelances’ a darse de alta en el régimen de autónomos y pagar las cuotas atrasadas desde el momento en que comenzaron a facturar a terceros a través de Factoo.
No hay cifras sobre el número de personas que han sido forzadas a darse de alta en el RETA y desembolsar cuotas atrasadas de autómomo, pero el Ministerio de Empleo habla de 3.000 actas en su campaña contra este tipo de cooperativas.
La cooperativa que publicitaba la posibilidad de «facturar sin ser autónomo» en un país donde son legión los trabajadores que prestan servicios a empresas de forma esporádica ha seguido funcionando pese al intento de cierre del Ministerio de Empleo.
En respuesta, Escrivá ha recurrido el expediente de descalificación en el contencioso-administrativo, ha presentado una queja en la Comisión Europea para intentar paralizar el procedemiento y ha presentado una demanda de conciliación previa a una querella contra las inspectoras que tramitan su caso en Trabajo.
La Inspección de Trabajo consideró que Escrivá había montado una «ficción cooperativa» y que su actividad era «ilícita» porque simulaba tener trabajadores asalariados que en realidad ejercían por cuenta propia. “Lo que hace es tramitar indebidamente el alta en la Seguridad Social de unos profesionales para facilitar el incumplimiento por parte de estos», afirmaba el escrito remitido a usuarios de Factoo expedientados.
El concurso pretende servir como herramienta de negociación para que la Agencia Tributaria acepte un plan de pagos para poder mantener la actividad.