La histórica firma, con casi 70 años de trayectoria y acuciada por la bajada de los márgenes en las ventas de hardware, está en proceso de disolución.
Reducción de márgenes y concurso de acreedores
El negocio mayorista conlleva riesgos ya que tras mover facturaciones de millones de euros, el margen comercial al final de cada ejercicio suele situarse en el 1% o inferior.
Ese delicado equilibrio financiero ha acabado con la trayectoria del histórico mayorista Olympia Canarias, el más importante del archipiélago, que desde finales de 2019 está en concurso de acreedores.
Agustín Santana adquirió en 2003 una firma había sido fundada por un empresario alemán a mediados del siglo pasado para importar las conocidas máquinas de escribir del fabricante japonés Olympia.
El deterioro progresivo del margen ha precipitado la decisión de liquidar la sociedad ya que los beneficios se han visto drásticamente reducidos. La baja rentabilidad es incompatible con un negocio con buenos sueldos.
Olympia Canarias lo intentó hasta el final
Entró en el negocio de la telefonía móvil sirviendo terminales de Samsung a El Corte Inglés, pero siempre el margen era escaso.
Además, hace dos años, la compañía, mayorista tradicional de Acer en Canarias, firmó también con Lenovo. “Este negocio tiró, pero la rentabilidad seguía siendo pequeña”. Santana también reconoce que con MediaMarkt dejaron de trabajar hace 5 o 6 años por la misma razón.
En su momento más álgido, hace algo menos de una década, Olympia Canarias llegó a facturar 23,5 millones de euros al año. Sin embargo, las últimas cifras reportadas por la compañía muestran un escenario muy distinto. Los 11 millones de 2018 se quedaron en 6 millones durante el pasado ejercicio, cuando la empresa optó por el concurso de acreedores.
En los últimos años, Olympia ha tenido como marcas de referencia a Acer, Samsung, Kyocera, D-Link y TP-Link, entre otras. Además del contrato firmado con Lenovo hace un parte de ejercicios.
El proceso todavía durará meses
El proceso concursal sigue su curso, mientras se lleva a cabo la venta del stock. Los 18 empleados con los que contaba la compañía ya han sido despedidos, si bien actualmente quedan dos personas encargadas de gestionar los pagos pendientes y la venta de todo el producto almacenado, trabajando a tiempo parcial de martes a jueves.
Una vez se agote esta etapa, la trayectoria de uno de los mayoristas más históricos del panorama informático español habrá llegado definitivamente a su fin.