Las empresas enfrentan el fin de las ayudas y aumentan las solicitudes de concurso de acreedores

En el cuarto trimestre de 2022 los concursos de acreedores crecieron un 23,6% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El 58% de los concursos son sin masa o concursos exprés.

Tras los estímulos promovidos a raíz de la pandemia, y finalizada la moratoria concursal que dotaba de una anestesia temporal a las empresas con pérdidas y un elevado endeudamiento evitando su caída durante los peores momentos de las crisis, la actualidad refleja los efectos de aquellas medidas temporales, que sólo han retrasado la toma de decisiones, multiplicándose el número de empresas sin proyección. Se las llama “compañías zombies”, siendo aquellas que sin ser rentables siguen activas, aunque acumulando nueva financiación que no podrán digerir, e incrementando exponencialmente los impagos.

El 58,49% de los concursos de acreedores durante el cuarto trimestre de 2022 fueron sin masa (también conocidos como concursos exprés), según los datos de los Registradores de España. Este tipo de procesos se dan cuando el deudor no tiene activos o, aunque los tenga, la liquidación no es suficiente ni siquiera para pagar los gastos del concurso.

Atendiendo a los datos de los Registradores del cuarto trimestre de 2022, que coincide con la entrada en vigor de la nueva Ley Concursal, entre septiembre y diciembre hubo un total de 5.544 concursos de acreedores. De ellos, 3.243 fueron sin masa. A falta de los datos de este primer trimestre del año 2023, que aún no ha concluido, los expertos vaticinan que las cifras de concursos exprés continuarán siendo igual de elevadas que en los meses anteriores.

Por otro lado, la nueva Ley Concursal ofrece tres meses a las compañías para presentar un plan de reestructuración con posibilidad de prorrogarlos a otros tres meses, por lo que siempre será recomendable acudir en búsqueda de asesoramiento con margen suficiente para poder plantear una negociación que permita salvaguardar la actividad de la empresa en dificultades, evitando llegar con el último aliento a certificar el cierre.